Villa de Peñaflor
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La Dehesa de Peñaflor es un enclave muy importante de los términos municipales de Medinilla, El Tejado y Junciana. La villa que existió hasta 1822 fue una pequeña localidad independiente, sin que ninguno de los municipios cercanos tuviese jurisdicción sobre ella.
En el siglo XV, estuvo bajo el poder señorial de Doña Aldonza (desde 1407 hasta 1443). Más tarde, en 1526 su población era de 16 vecinos, que vivían en casas pajizas con sus respectivas cuadras y construidas en torno a la iglesia y su torre campanario. Los habitantes de Peñaflor se iban por temporadas a Andalucía, para ganarse unos maravedíes en aquellas tierras, dejando sembradas las de su dehesa para regresar en primavera.
En 1539, Carlos I negocia la venta de Peñaflor con el Duque de Alba don Fernando Álvarez de Toledo, que pasa a ser el dueño tanto de la dehesa y sus tierras como de los vasallos, sus casas y rentas.
Cuando en 1822 el Duque de Alba vende la villa y su término a un comerciante bilbaíno interesado en la producción lanar, pasando estas tierras de aprovechamiento labrantío a pastorales, los vecinos tienen que abandonar la villa por falta de recursos para subsistir.